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RECURSOS

Confiando en Dios en medio de la angustia – Mateo 6:25-34

Actualizado: 11 ene

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de

beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el

cuerpo más que el vestido?

26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro

Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no

trabajan ni hilan;

29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no

hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis

necesidad de todas estas cosas.

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Bastaa cada día su propio mal.


Este pasaje describe como Dios cuida a Sus hijos en momentos de gran ansiedad. Esta sección nos da tres aspectos para confiar en Dios en medio de la angustia.


1) El primer aspecto es entender que Dios es todopoderoso (vv. 25-30).


El no preocuparse es un claro mandamiento en esta sección. El creyente no debe tener miedo, porque si Dios les ha dado una vida y un cuerpo, el cual es más valioso que la comida y el vestido, es poderoso para cuidar de sustentar ese cuerpo.


El problema con las preocupaciones excesivas es que nos hacen desconfiar del poder de Dios. Y para describir cómo Dios es poderoso para sustentar a Sus hijos, el Señor Jesús da tres ilustraciones.


➢ La primera ilustración se centra en la comida y toma como ejemplo las aves (v. 26). La pregunta “¿no valéis vosotros mucho más que ellas?” nos muestra que para Dios somos más valiosos que un ave. Si Dios provee para las aves, claro que lo hará para Sus hijos (Sal 23:1-3).


➢ La segunda ilustración se relaciona con la vida misma (v. 27). En ella el Señor dice que por más que quieras ser más alto de estatura no puedes lograrlo. Esto significa que el ser humano no puede controlar lo que pasa en su cuerpo. La enseñanza no es solo mostrar lo inútil de preocuparse, sino afirmar lo pequeño que es el hombre y lo grande que es Dios (Sal 93).


➢ La tercera ilustración que muestra el poder de Dios para cuidarte tiene que ver con el vestido y toma como ejemplo las flores (vv. 28-30). Si las flores crecen de manera natural y no trabajan para alcanzar su belleza, en vano es preocuparse por el vestido. Cristo nos quiere enseñar que cuando tenemos ansiedad estamos colocando nuestra confianza en nosotros mismos y desplazamos a Dios.


Por ello, el Señor nos exhorta diciéndonos que debemos dejar de ser “hombres de poca fe” (v. 30). Esto demuestra que la raíz de la preocupación es la incredulidad. El temor es un resultado de la falta de fe en Dios (Mt 8:23-26). Pero si usted conoce a Dios y cree en Su amor y poder, puede enfrentar cualquier tormenta (Sal 46:1-3).



2) El segundo aspecto es saber que Él conoce nuestra necesidad (vv. 31-32).


¿Por qué el creyente no debe preocuparse por la comida, la bebida o el vestido? La razón es porque tiene un Padre celestial que sabe que es lo que necesitan Sus hijos. Dado que Dios lo conoce todo, no existe la mínima razón para estar preocupado (Sal 139:1-6; Mt 7:11).


3) El tercer aspecto es tener como prioridad el Reino de Dios (vv. 33-34).


El versículo dice que los creyentes deben buscar primero el Reino de Dios. “Primeramente” significa hacer del Reino de Dios y Su justicia la prioridad. La expresión “buscad...el Reino de Dios” quiere decir hacer la voluntad de Dios.


Si nos enfocamos en las prioridades de Dios, Él nos añadirá lo que necesitamos. Debemos remplazar nuestros afanes con una predominante preocupación por el Reino de Dios. Pero cuando no tenemos como prioridad el Reino de Dios, la ansiedad viene fácilmente a nuestra vida. La ansiedad es el resultado de no tener las prioridades correctas (1P 5:7).


Es inútil preocuparse por el futuro, porque no tenemos control sobre él. Pero Dios sí lo tiene y conoce el futuro. Dios tiene el control y Él ya sabe lo que mañana va a suceder.

Lo que debes buscar es hacer la voluntad de Dios, porque Él promete Su provisión para el futuro cada día.


Si Dios nos cuida cada día, eso es suficiente (Mt 6:11). Enfócate mejor en el Reino de Dios, y todo lo que necesites será añadido.


Versículos relacionados con el tema:


Ro 5:12, Fil 1:21, 2 Co 6:2, Sal 23:1-3, Lc 12:25-26, Sal 39:4-7, 93:1-5, Mt 8:23-26,

Sal 46:1-3, Mt 7:11, Sal 139:1-6, 1 P 5:7, Mt 6:11

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