12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
La Escritura afirma que es imposible negar la resurrección de Cristo, ya que es el punto de partida de toda la creencia cristiana. Si la resurrección de Cristo no fuera verdad, tanto la predicación como la fe serían vanas.
LA PRIMERA CONSECUENCIA NEFASTA, AL NEGAR LA RESURRECCIÓN DE CRISTO, ES QUE LA PREDICACIÓN SERÍA VANA.
Si la resurrección fuera falsa, Pablo y sus compañeros serían unos impostores de la peor calaña y por lo tanto serian calificados como “falsos testigos” que esparcen mentiras y que engañan a la gente.
Si la predicación fuera falsa, también los testigos serían falsos, y si los testigos fueran falsos, el mensaje sería falso también. Si Cristo no hubiera resucitado, la predicación de Pablo sería un testimonio corrompido con respecto a Dios (1 Jn 1:1-3). No se puede negar la resurrección y al tiempo aceptar el testimonio de la Biblia respecto a la redención.
Si el mensaje de la resurrección de Cristo fuera falso, la predicación de Cristo mismo sería falsa. Si Cristo hubiera terminado en una tumba, sería vana Su propia predicación que proclamó durante Su ministerio terrenal. Por ejemplo, Él enseñó sobre Su propia resurrección (Mr 8:31; 9:31). Si Jesús continuara muerto, se negaría todo Su mensaje.
Si la predicación fuera falsa, la confesión central de la iglesia primitiva de Jesús como Señor tampoco sería verdadera. La principal predicación de la iglesia no fue el carácter de Jesús como Salvador, sino como Señor (Hch 2:36; Ro 10:9). La profesión cristiana de fe en el señorío de Cristo sería un rumor falso si la resurrección fuera una mentira.
LA SEGUNDA CONSECUENCIA NEFASTA, AL NEGAR LA RESURRECCIÓN DE CRISTO, SE REFLEJARÍA EN QUE LA FE FUERA VANA. ¿Qué significa esto?
Primero, una fe es vana si no hay justificación de pecados.
Segundo: una fe vana sería que no habría salvación eterna (v. 18). Pablo llegó a la conclusión lógica de su argumento. Si la resurrección no hubiera tenido lugar, los que murieron en Cristo perecerían. ¿Por qué?
Nuestra existencia tiene valor, porque nuestra esperanza está basada en el futuro con Dios (Fil 3:20-21; 1 P 1:3-5). Es en las cosas celestiales, la esperanza futura y en Cristo donde el creyente debe poner su mirada. Si la existencia se tratara solo de esta vida, entonces seríamos los más dignos de compasión.
PERO COMO CRISTO RESUCITÓ, NO SOMOS DIGNOS DE CONMISERACIÓN, SINO TODO LO CONTRARIO. SOMOS DIGNOS DE PRIVILEGIO, PORQUE NUESTRA ESPERANZA ESTÁ EN EL FUTURO CON CRISTO DESPUÉS DE LA MUERTE. CRISTO RESUCITÓ; ÉL ES EL HIJO DE DIOS Y EL SEÑOR DE SEÑORES.
Versículos relacionados con el tema:
Hch 2:32, 17:32, 1 Co 15:35, 3-8, 1 Jn 1:1-3, Mr 8:31, 9:31, Hch 2:36, Ro 10:9, 4:25, 3:21-26, 5:19, 8:33-34, 1 Ts 4:13-16, Ro 1:32, 2 P 3:9, Ro 8:37-39, Fil 3:20-21, 1 P 3:3-5,Ap 21:1-5
Comments