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RECURSOS

La maravillosa obra del Espíritu Santo – Juan 16:4b-15

4b Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.

7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el

Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

9 De pecado, por cuanto no creen en mí;

10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no

hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas

que habrán de venir.

14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.



El texto bíblico que estudiamos hoy está dividido en dos partes que explican la obra del Espíritu Santo en el mundo y en la iglesia.


La obra del Espíritu Santo en el mundo (vv. 8-11)


El versículo 8 introduce toda la sección diciendo que el Espíritu Santo convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. La palabra “convencer” significa “refutar, reprender o exponer”. Describe la acción de declarar culpable o convencer a alguien de su culpa o error (Jn 3:20; 8:46).


La idea es que el Espíritu Santo es un abogado acusador que expone a los hombres su error con respecto al pecado, la justicia y el juicio.


1. El Espíritu Santo expone el pecado de incredulidad (v. 9).

El pecado es no creer en Cristo como Señor y Salvador. Esta incredulidad no es una cuestión de ignorancia, ni un problema de carácter intelectual; este rechazo es más bien un asunto de la voluntad (9:39-41).


El rol del Espíritu Santo es declarar que no creer en Cristo y rechazarlo es un pecado. Este es el pecado final que condena (Jn 3:16-19).


2. El Espíritu Santo expone la verdadera justicia de Cristo (v. 10).

Este versículo no solo muestra la partida de Cristo, sino también la recepción y aceptación del Padre de Su vida, muerte y resurrección. Esto demuestra que Él fue justo en toda Su obra cuando estuvo en el mundo.


Este hecho es el que demuestra la justicia de Cristo, y el Espíritu Santo es el encargado de demostrar que Cristo fue justo (2 Co 5:21). Él muestra como Cristo sí fue justo, y es debido a Su justicia que el creyente puede estar justificado y aceptado ante Dios.


3. El Espíritu Santo expone el juicio en el que está el mundo (v. 11).

La razón por la cual Dios ha ejecutado juicio sobre el mundo es porque “el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado” (Jn 12:31). Debido a la condena permanente del diablo, el mundo de los incrédulos está bajo el juicio de Dios. Quién se encarga de exponer que el mundo ya está condenado es el Espíritu Santo.


¿Cómo el Espíritu Santo expone el error con respecto al pecado de incredulidad, la justicia de Cristo y el juicio de Dios?

Lo hace a través de la predicación fiel de la Palabra de Dios (1 Co 2:4-5; 1 Ts 1:5). La respuesta de las personas puede ser endurecimiento o arrepentimiento.


La obra del Espíritu Santo en la Iglesia (vv. 12-15)


Son dos las funciones del Espíritu Santo en la iglesia.


1. El Espíritu Santo guía a toda verdad (v. 13).

Aquí se define al Espíritu Santo como el Espíritu de verdad (14:17). Esto significa que Él es la verdad en persona.


La palabra “guiar” es literalmente “ir delante” o “liderar el camino”. Otra manera de traducir esta palabra es “enseñar” (Hch 8:31). Es el Espíritu quién le enseña al creyente la verdad.


Además, el Espíritu Santo guía a TODA la verdad. Esto es sumamente importante porque el Espíritu Santo nunca pasa por encima de un tema. Nunca insiste en un punto de doctrina a costa de todos los demás.


Los creyentes entienden la Palabra y la obedecen, porque es el Espíritu Santo quién les da lacapacidad de hacerlo (1 Co 2:9-14). El Espíritu Santo de Dios hace que los verdaderos creyentes tengan un mayor aprecio por las Escrituras y los establece más en la verdad.


2. El Espíritu Santo glorifica a Cristo (vv. 14-15).

Cuando el Señor dice “Él me glorificará”, se refiere a que el Espíritu Santo guía al creyente a mirar a Cristo. El Espíritu Santo glorifica a Cristo por medio de darle a conocer. Aquello que no apunta a Jesús, y no reconoce Su preeminencia y gloria, deshonra al Padre, puesto que Él es la fuente de todo lo que Jesús tiene (v. 15).


Cuando una iglesia levanta la atención hacia Cristo, entonces esto es una señal de que el Espíritu de Dios está ahí. Si en un ministerio se logra que los pensamientos más elevados y honorables vayan hacia Cristo, y si la iglesia inclina sus afectos hacia Él, entonces esto es una señal segura de que el Espíritu Santo está ahí (1 Co 1:23).


Versículos relacionados con el tema:

Jn 3:16-19, 12:31, 1 Co 2:4-5, 1 Ts 1:5, Hch 8:31, 1 Co 2:9-14, 1:23

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