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RECURSOS

La oración que Dios quiere - Parte 2 – Colosenses 1:9-14

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;

12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.



En los versículos 10b–14 se exponen los cuatro resultados que deben venir con la oración que Dios quiere. Estos cuatro resultados son, al mismo tiempo, las cuatro características de alguien que vive una vida piadosa. Hoy vamos a ver los tres primeros resultados.


1. El primer resultado es llevar fruto.

Constantemente, el Nuevo Testamento afirma que una persona que ha nacido de nuevo da fruto de obediencia a Dios (Ro 6:22). Llevar fruto significa procurar la santificación. Esto se demuestra al alejarse del pecado y obedecer cada vez más y mejor a Dios.


Llevar fruto para Dios es tan importante que Jesús afirma que aquellos que no llevan fruto serán quitados (Jn 15:2). Lo que este versículo quiere decir es que una persona que no da fruto no está en Cristo.


Una de las maneras más tangibles de una persona que muestra la vida de Cristo en su interior es que exhibe los frutos del Espíritu Santo (Gá 5:22-23). El creyente verdadero progresivamente produce más y más fruto y conquista con su obediencia al pecado que antes lo dominaba.


2. El segundo resultado es crecer en el conocimiento de Dios.

Conocer a Dios debe ser una prioridad para el cristiano. Tristemente, esto no es una realidad en la iglesia de hoy. Hay muchos cristianos que no saben quién es Dios, no conocen Sus atributos, y en ocasiones se han hecho una imagen equivocada que se acomoda a sus expectativas.


Como creyentes es nuestro deber conocer a Dios. De nada vale jactarnos de nuestra sabiduría, poder o riqueza. Nuestro único orgullo por el cual podemos presumir es que podamos entender y conocer a Dios (Jer 9:23-24). Al conocerlo más, nuestro entendimiento se engrandecerá. Pero nunca podemos sentirnos satisfechos por el conocimiento que tengamos de Él (He 5:12-14).


Para que los cristianos crezcan en el conocimiento de Dios, la Iglesia tiene que ser un campo de entrenamiento rigurosamente bíblico y moral.


3. El tercer resultado es ser fortalecido en medio de la prueba.

La expresión “fortalecidos con todo poder” (v. 11) quiere decir que Dios fortalece y dota al creyente de “todo poder”, o más bien de un poder completo y sobrenatural, en el momento preciso y cuando más lo necesitamos.


Esto significa que todo lo que necesita el creyente para ser fortalecido en la prueba está en Dios. Fuera de Él no hay ningún poder, y la fortaleza que Él da es completa, no le falta nada.


El creyente necesita este poder para enfrentar las pruebas. Los cristianos vamos a tener que hacer frente a la adversidad y la aflicción, y esto requerirá una gran perseverancia y paciencia.


Pero, podemos estar tranquilos, porque Dios promete que nos fortalecerá con Su poder para soportar las pruebas. Esto debe darte consuelo, ya que la provisión de Dios para tus pruebas está continuamente disponible (Fil 4:11-13). De eso se trata: la fortaleza viene de Dios, no de ti mismo. Él podría quitarte las pruebas y el sufrimiento en un instante, pero donde más se ve Su poder y Su gloria es en el fortalecimiento en las pruebas, para que tú sigas siendo

fiel a Él.


En donde más se ve el poder de la gloria de Dios en Sus hijos es en la perseverancia y paciencia para soportar las pruebas, para que finalmente puedan decir como Job, cuando estuvo en su peor momento: “yo sé que mi Redentor vive” (Job 19:25-27).


El resultado de la oración de una persona que vive de manera digna se ve en que salga fortalecida en medio de la prueba.


Versículos relacionados con el tema:

Gá 5:22-23, Jer 9:23-24, He 5:12-14, Fil 4:11-13, Job 19:25-27, Ro 6:22, Jn 15:2, Ef 6:10, 1:18-20, Col 1:9-14

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